Actualizado el 21 septiembre 2025
Biarritz es uno de esos destinos del País Vasco francés que aún sabiendo que es bonito, llegas y te sorprende -y te conquista al recorrerlo-. Es elegante, marinero y con mucho que ver en poco espacio, así que en un fin de semana puedes recorrer lo imprescindible -incluso en un día bien aprovechado- y aún dejar hueco para comer bien y darte un baño en la playa (cuando el clima acompaña).
Tras visitar y amar esta ciudad, he escrito esta guía en la que te cuento qué ver en Biarritz, cómo organizar la ruta y algunos consejos prácticos para aprovechar tu viaje.
Por cierto, si buscas alojamiento, lo mejor es dormir cerca de la Grande Plage como en el Hotel Le Windsor Biarritz, que está a un paso de casi todo y te ahorras desplazamientos.

ÍNDICE DE CONTENIDOS
Qué ver en Biarritz
Esta ciudad es ideal como parte de una ruta por el País Vasco (España-Francia) así como para una escapada de día desde San Sebastián: en menos de una hora te plantas allí, con el océano y un aire elegante que te envuelve desde el segundo uno.
Biarritz combina a la perfección ese ambiente relajado de pueblo costero con el sello glamuroso de quien fue refugio de la aristocracia europea.
A continuación te propongo una ruta con diez sitios que no pueden faltar en tu escapada a Biarritz, ¡apunta!
1. Rocher de la Vierge (Roca de la Virgen)
Se trata de la imagen de una virgen sobre un islote rocoso en el Atlántico, frente a la costa de Biarritz. Hoy en día este mirador es el principal símbolo de la ciudad… ¡lo verás en todas las postales y fotos de Instagram!
La leyenda cuenta que unos pescadores, salvados por una luz misteriosa durante una tormenta, colocaron aquí una estatua de la Virgen como agradecimiento.
Antiguamente este islote estaba conectado a tierra por un puente de madera, pero desde 1887 una pasarela metálica —aunque a veces atribuida a Eiffel, fue obra de los talleres Schryver— te conecta a este rincón lleno de misticismo, con vistas sobre la Grande Plage, el Hotel du Palais y una bahía que impresiona incluso desde la foto más vista.
Inclúyelo en cualquier ruta sobre qué ver en Biarritz, ¡es una parada histórica y a la vez con unas panorámicas únicas!

2. Rocher du Basta
Esta formación rocosa en el Atlántico, aunque es menos famosa que la “Rocher de la Vierge”, te la recomiendo porque a mí, personalmente, me gustó mucho y creo que tiene una energía especial.
Este islote está conectado a tierra por un puente de piedra y se encuentra a medio camino entre el Puerto de Pescadores y la Grande Plage. Es un buen punto para hacer un alto en el camino y disfrutar de las vistas panorámicas de la costa de Biarritz.
Debajo del Rocher du Basta hay una pequeña playa muy tranquila, que es perfecta si buscas algo más resguardado que la Grande Plage.

3. Faro de Biarritz
¡Lo que me gustan a mí los faros! Esta increíble “torre cónica blanca” está situada sobre la Punta de Saint-Martin, a más de 70 metros sobre el nivel del mar.
El faro fue construido en 1834 y te prometo que subir sus escaleras (¡248 peldaños!) se recompensa con vistas fabulosas hacia las Landas al norte y el océano al sur (y podrás ver de cerca su cúpula de cobre decorada con 12 cabezas de león de bronce, como si fueran gárgolas).

4. Paseo marítimo y Grande Plage
Recorrer el paseo marítimo de Biarritz es una de las mejores maneras de conocer la ciudad y tomarle el pulso, que cambia con cada época del año.
Son más de 6 km que unen el Puerto Viejo con el faro, pasando por lugares tan emblemáticos como la Grande Plage, el Hôtel du Palais y la playa de Miramar.
La Grande Plage es la playa más céntrica y animada de Biarritz. A lo largo de la historia ha cambiado de nombre: primero fue la Plage des Fous (Playa de los Locos), porque en el siglo XVII los bañistas acudían convencidos de las propiedades terapéuticas del agua salada; más tarde pasó a llamarse Plage de l’Impératrice, en honor a Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, que veraneaba aquí.
Hoy es la postal más reconocible de la ciudad, con sus casetas de rayas, clubes infantiles y un ambiente que mezcla bañistas, surfistas y curiosos durante todo el año.
El paseo te permite bordear toda la playa, pasando al pie del Hôtel du Palais, antigua residencia imperial y ahora hotel de lujo. Muy cerca encontrarás cafés, tiendas y restaurantes con terraza, perfectos para hacer una pausa y ver la vida pasar frente al océano Atlántico.
Consejo: si tienes tiempo, alarga el recorrido hasta el faro para disfrutar de una de las mejores panorámicas de la bahía de Biarritz.

5. Mercado Les Halles y centro histórico
Les Halles es el corazón gastronómico de Biarritz y un punto de encuentro desde 1885. Su edificio, de ladrillo, piedra caliza y estructura metálica, refleja el estilo industrial de finales del s. XIX. Aquí encontrarás desde quesos y pescado fresco hasta patés y vinos locales.
Tras visitar el mercado Les Halles vale la pena perderte por la plaza y alrededores, por las calles medievales del centro histórico, que tienen vida propia.
¿Quieres hacer más compras locales? El casco antiguo ofrece calles comerciales llenas de historia. Durante los locos años veinte, Biarritz fue refugio de figuras como Coco Chanel, Jean Cocteau, Stravinsky y Charlie Chaplin.
Chanel inauguró su primera maison de couture en Biarritz en 1915, ubicada en una villa frente al Casino. Desde allí consolidó su estilo funcional y elegante en plena Belle Époque y logró devolver en apenas un año la inversión hecha por Boy Capel.
En estas zonas, prueba los macarons de Maison Adam, compra un pequeño rocher de Henriet o visita la quesería 1001 Fromages.
Callejear aquí te ofrece la autenticidad que escapa al turismo de postureo. El ambiente, con escaparates tradicionales y panaderías clásicas, te lleva a otro tiempo… (sobre todo en temporada baja).

6. Iglesia Sainte-Eugénie y Puerto de pescadores
La iglesia neogótica Sainte-Eugénie (Santa Eugenia) domina el Puerto Viejo desde lo alto de una colina. Se construyó entre 1898 y 1903, reemplazando una antigua capilla que servía como refugio de fe para pescadores.
Las vidrieras, obra de Luc-Olivier Merson, dan un color precioso al interior y, colgando del techo, hay un exvoto en forma de barco de guerra llamado La Mathilde. Pero hay más: en la cripta descansan los restos del primer párroco, Gaston Larre, y hoy el espacio se utiliza como sala de exposiciones.
A pocos pasos de la iglesia está el Port des Pêcheurs (Puerto de los Pescadores), testigo de la antigua alma marinera de Biarritz. Este pequeño puerto nació a finales del siglo XVIII cuando los pescadores se trasladaron a esta cala protegida del Atlántico. En 1837 se construyó el primer dique, ampliado en 1858 y reforzado con la digue de Gamaritz en 1881 bajo Napoleón III.
Durante el siglo XX, entre 250 y 300 pescadores trabajaban aquí; hoy la pesca tradicional ha cedido paso a embarcaciones deportivas y escuelas de buceo, pero el carácter del lugar se ha preservado y es un lugar ideal para dar un paseo -o comer algo-.
Las “crampottes”, esas casetas de madera pintadas con contraventanas en rojo o verde, siguen adornando el muelle. Sirvieron para guardar equipos de pesca y salazón de sardinas, y hoy contribuyen al cromatismo auténtico del puerto.
Hoy el puerto vibra con vida local y eventos culturales. En verano encontrarás varios mercados nocturnos de artesanía y festivales como Crampottons Ensemble que animan el paseo al compás del mar.

7. Villa Belza
Esta construcción neo-medieval encaramada a los acantilados captura tu atención sin que te de tiempo a parpadear. “Belza”, “negro” en euskera, refleja el aire misterioso que rodea el edificio.
Desde su historia de incendios, ocupaciones y renovaciones, hasta los apartamentos de lujo que hoy alberga hasta su faceta más “hollywoodense” (porque fue paltó de varias películas), todo en ella es fascinación. Como no se permiten las visitas del público, te recomiendo dar un paseíto desde la costa para admirarla.
8. Iglesia Ortodoxa
Frente al Hôtel du Palais se alza esta joya bizantina de 1892, con clara influencia de San Petersburgo y que refleja perfectamente el tipo de turistas cosmopolitas que venían al balneario.
La cúpula de esta iglesia ortodoxa Alejandro Nevski añade un toque artístico distinto -y hace contraste- al paisaje cultural de la ciudad. Además, desde 2015 es Monumento Histórico, así que no te la pierdas.

9. Casino Barrière
Este edificio de estilo art déco data de 1929, fue renovado en 1990 y declarado Monumento Histórico en 1992.
Está ubicado en donde antaño estaban las Termas Napoléonicas; justo frente al mar – a la Playa Grande-, y combina elegancia y entretenimiento.
Un clásico de la ciudad para ver incluso si no apuestas nada o solo te apetece admirar su arquitectura desde la terraza.
10. Museo Asiático
Con más de 2.000 piezas de India, China, Tíbet y Nepal -incluidas 100 únicas en el mundo-, este museo recorre 4.000 años de arte “y espiritualidad” asiática.
La exposición está organizada por regiones y acompañada de guías y paneles que ayudan bastante durante la visita.
El ambiente, con aromas y música oriental, ayudan a que la experiencia sea un poco más inmersiva… Al final, puedes pasar por su boutique o tomar algo en la cafetería. Aparcamiento gratuito (parking Floquet) justo enfrente.
Entrada general: 10 €. Una propuesta diferente para combinar cultura y viaje sin salir de Biarritz.

Playas de Biarritz
Biarritz presume de kilómetros de costa espectacular. ¿No estás segura de qué playa te conviene? La ciudad cuenta con seis playas, cada una con su propio carácter:
- Grande Plage: es la playa principal de la ciudad (se extiende por +10km), rodeada de edificios elegantes y con un paseo marítimo precioso para caminar. En verano está supervisada y se llena de bañistas y surfistas. En invierno también merece la pena acercarse por el ambiente ¡y las vistas! Al final de la playa está el Hôtel du Palais, ¡un antiguo palacio de Napoleón III que hoy es un hotel de lujo! Ten en cuenta que es una “playa libre de tabaco” y ofrece conexión WiFi gratuita.
Curiosidad: a principios del siglo XIX, este arenal urbano era conocido como “la playa de Fous” porque allí se practicaban “baños de mar” -o “curas de mar”- reservados a los enfermos.
- Port Vieux: cala pequeña, protegida, ideal para familias; espacio recogido y encantador.
- Côte des Basques (Playa de los Vascos): ¿te gusta surfear? ¡Esta es tu playa! Cuna del surf en Biarritz, rodeada por acantilados, con kilómetros de arena fina durante la marea baja y con la mística de “Villa Belza” a un lado.
- Plage Miramar: es un arenal tranquilo, entre el faro y el Hôtel du Palais. Ofrece una alternativa menos masificada a la Grande Plage, con vistas increíbles al océano.
- Playa Marbella: ubicada entre las playas Côte des Basques y Milady, solo podrás acceder a ella por una escalera de piedra. Es perfecta si quieres alejarte de las aglomeraciones, porque está menos masificada que la “Grande Plage”y es ideal para practicar surf ¡o bodyboard!
- Playa Milady: es una playa amplia, perfecta para pasear, donde el oleaje y los deportes acuáticos dan vida al arenal. Además, está acondicionada para que sea accesible ;)
Como curiosidad: este arenal recibe su nombre en honor a Lady Mary Caroline Bruce, descendiente de los reyes de Escocia. Lady Mary Caroline fue esposa del marqués de Ailesbury, quien presidió el Club Británico de Biarritz durante más de una década.

Dónde comer en Biarritz
Biarritz rescata el placer gastronómico local con propuestas diversas:
- ¿Buscas un restaurante informal y sabroso? Prueba en el puerto alguno de esos bar-restaurante donde comes al lado del mar sin artificios, como por ejemplo el “Casa Juan Pedro”.
- Dulce clásico: Miremont, fundada en 1872, favorita de Alfonso XIII, hoy salón de té indispensable.
- Con ambiente y a buenos precios: el mercado Les Halles es también una opción para probar delicias locales entre puestos vibrantes.
Mapa de sitios que ver en Biarritz
Aquí te dejo un mapita para que te sea más fácil ubicar los sitios que te recomiendo ver en Biarritz.
Qué ver cerca de Biarritz
Si como yo tú también pasarás varios días por la zona recorriendo el país vasco (del lado español y francés), te recomiendo que no te pierdas:
- San Juan de Luz: elegante, tradicional y con un toque “vintage” es ideal para un paseo costero -y recorrer su pequeño centro histórico- (yo me enamoré de esta ciudad).
- Bayona: una ciudad con historia en cada esquina, donde la catedral gótica se alza imponente y el aroma del chocolate vasco inunda sus calles.
- Saint-Jean Pied de Port: declarado Patrimonio de la Humanidad, es un rincón de piedra, puentes medievales y calles empedradas que llevan siglos recibiendo peregrinos del Camino de Santiago.
- Pasajes (Pasaia), Hendaya, Hondarribia y San Sebastián: pueblos y ciudades con encanto, cada uno con su propia personalidad, que convierten cualquier escapada por la zona en un viaje completo: mar, buena mesa y vistas de postal.
Cómo llegar a Biarritz
Desde San Sebastián tienes varias opciones: ir en coche (son unos 50Km con o sin peaje, en unos 40 minutos por la A-63) o también en transporte público. En autobús -como el Alsa-cuesta de media 10€ el trayecto y demora una hora.
En tren puedes llegar a Hendaya (37 minutos – 3€ aprox.) y desde allí coger un tren TGV a Biarritz (24 minutos – desde 5€).

Preguntas frecuentes sobre visitar Biarritz
Aquí te dejo algunas respuestas a las preguntas más comunes que me hacéis llegar sobre Biarritz. ¡Espero que os ayude a organizar vuestro viaje!
¿Qué ver en Biarritz en un día?
Un día da para mucho en Biarritz: empieza por el paseo desde el Puerto Viejo al Rocher de la Vierge, continúa al paseo marítimo pasando por Rocher du Basta, sigue hacia la iglesia Sainte-Eugénie y el puerto, haz parada en Les Halles y Villa Belza, y acaba el día subiendo al faro o tomando algo en Miremont.
¿Cómo llegar desde San Sebastián a Biarritz y cuánto se tarda?
En coche, por A-63 en unos 40–50 minutos con peaje o un poco más sin él. En tren, debes bajar en Hendaya y conectar allí con un tren TGV local. El autobús también es cómodo desde el aeropuerto de Biarritz (con Alas por ejemplo, desde 10€ el trayecto).
¿Qué playas elegir en Biarritz según lo que busques?
Si quieres hacer surf: Côte des Basques.
Si quieres relax y darte un baño: Miramar o Grande Plage.
Arenales familiares: Port Vieux, que es tranquila y protegida.
¿Qué monumentos históricos ver en Biarritz?
Rocher de la Vierge, Hôtel du Palais, Villa Belza, Casino Municipal, Iglesia Ortodoxa, Capilla Imperial, Iglesia Sainte-Eugénie.
¿Dónde comprar productos locales en Biarritz?
En el Mercado Les Halles y sus alrededores (Rue Gambetta, Maison Adam, 1001 Fromages…).
¿Cuáles son los miradores más increíbles en Biarritz?
El Faro de Biarritz y el Rocher de la Vierge son los imperdibles, cada uno con una vista de infarto.
“Ten en cuenta que al menos uno de los enlaces en este artículo es de afiliación. ¿Qué significa eso? Significa que si realizas la compra de un producto aquí listado siguiendo ese enlace yo recibiré una pequeña comisión. Pero tranqui, que el uso de ese enlace no significa que a ti te cobrarán más, sólo me estarás ayudando a seguir viaje y a cumplir mi sueño de vivir de lo que me apasiona”.