Actualizado el 15 octubre 2022 por Vero Boned
Para mí -y me animo a afirmar que para el imaginario colectivo de una gran mayoría*- Perú era sinónimo de Machu Picchu y todo lo demás era anecdótico. No es que los Incas tuvieran un buen consultor de PR, sino que el halo de misterio y majestuosidad que se le dio a la ciudadela Inca años más tarde fue la que opacó por completo la riqueza cultural y natural de todo un país; y Kuelap es el exponente más claro de esto. Pues os diré alto y claro que Perú no es (solo) Machu Picchu.
Cuando viajo, en vez de guiarme por lo que recomiendan las guías especializadas, consulto blogs y pregunto a gente local y a otros viajeros que me cruzo en el camino por destinos interesantes y rutas poco transitadas.
Chachapoyas sonaba fuerte entre quienes habían visitado el norte de Perú. Nunca había oído hablar de esta ciudad asentada en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes, encajada en la ceja Amazónica… ¡ni podía siquiera ubicarla en un mapa!
Menos mal que existe Google maps! Ahí está Chachapoyas!
Dejé Trujillo atrás y emprendí mi camino hacia ese puntito rojo marcado en el plano. La compañía de buses me había dicho que demoraríamos unas 12 horas en llegar. Tardé casi 20hs. En época de lluvias los derrumbes en las carreteras son permanentes y los bloqueos pueden durar varias horas, e incluso días.
Con el autobús parado en medio de la nada me preparé un café y leí un poco sobre el destino al que me dirigía. ¿Vosotros habías oído hablar de Chachapoyas o Kuelap antes? Yo no… y ¡Google casi que tampoco!
El motor de búsqueda arroja en unas pocas décimas de segundo casi 15 millones de resultados sobre Machu Picchu; en cambio de Kuelap poco mas de 300 mil. Esto ya debería indicarnos algo sobre la popularidad del santuario histórico y su poder para ensombrecer cualquier otro destino nacional.
Después de informarme un poco más me pregunté cómo era posible que hayan pasado desapercibidos -y desaprovechados en todas las actuales estrategias de marketing de Perú Turismo– los legados de los Chachapoyas, una ambiciosa cultura preincaica, que ha dejado un gran número de monumentos, entre ellos el solemne complejo arqueológico de Kuelap.
Diferentes fuentes puntualizan, entre otras cosas, que la ciudad amurallada de Kuelap puede jactarse de estar construída al menos -no se sabe con exactitud- 500 años antes que Machu Picchu, de estar situada a mayor altura y estar incluso mejor conservada que la ciudadela Inca… y aún así no ha logrado ser portada de prestigiosas revistas de viajes ni de atraer una multitud de turistas y eso que fue descubierta en 1843.
Tengo que confesar que esta paradoja me despertó una gran curiosidad. Luego puse en duda la grandiosidad del sitio, pensando que las fotos que enseñaban en la web eran como las de los hoteles al promocionarse -o las modelos de las revistas-: ¡photoshopeadas al máximo!
Al llegar a Chachapoyas me fui directa al hotel Aventura Backpackers Lodge donde me recibió una de las administradoras, Brittany, que me había invitado a pasar unos días allí para que descubriera el norte del país.
Solté mis mochilas en la habitación y me fui directo a la cocina para hacerme un café y hablar con ella y otros viajeros sobre este complejo arqueológico que aún nadie se decidía a clasificarlo como «fortaleza», «centro sagrado» o simplemente «ciudadela amurallada». Los testimonios corroboraban lo que había leído: se trataba de un lugar impactante.
Al salir del hotel el cielo estaba gris y la neblina abrazaba con fuerza el valle de Utcubamba. Me quedaban por delante unas 3 horas de serpenteantes caminos entre montañas, precipicios, ríos y panorámicas de postal.
De camino a Kuelap desde Chachapoyas
Al llegar a la entrada del complejo había un cartel que indicaba que el acceso a la ciudadela amurallada se encontraba a 2.5km de allí… ¡cuesta arriba! (tranqui, hoy en día hay un teleférico que te sube casi hasta la entrada) El ascenso hasta alcanzar los 3080msnm de la cima del cerro Barreta fue lento, con varias paradas para recuperar el aliento -¡y fingir que en realidad paraba para tomar fotografías!
Mapa esquemático de Kuelap
En cada descanso el guía nos contaba curiosidades del legendario pueblo de piel blanca y cabellos y ojos claros que habitó la zona y que los Incas llamaron Chachapoyas o «guerreros de las nubes».
Esta misteriosa población -todos los datos son contradictorios, confusos y algunos incongruentes- se desarrolló entre los años 700 d.C – 1500 d.C.
En el siglo XV d.C. el pueblo de Chachapoyas fue conquistado por los Incas, y se cree que estos vivieron allí algunos años, dado que se han encontrado algunas de sus características construcciones rectangulares.
Luego fueron invadidos por los españoles en el siglo XVI y, tras la conquista, se aliaron con los «guerreros de las nubes» para derrotar a los incas.
Con más interrogantes y presunciones que certezas sobre esta población y su herencia; el guía nos condujo por un ceñido camino rodeado de vegetación -bajo una llovizna persistente- hasta que nos topamos con una muralla de casi 20 metros que se alzaba formidable y desafiante en la cúspide del promontorio.
Cuando su descubridor, Don Juan Crisóstomo Nieto, juez en la ciudad de Chachapoya en el s XIV tuvo que describirla, dijo que era la «Torre de Babel de Perú».
Junto al acceso vallado de Kuelap
Una de sus tres entradas estaba vallada por peligro de derrumbe, así que rodeamos parte de la ciudadela hasta otro de los accesos, que es amplio al comienzo pero que se estrecha a medida que una avanza, tipo embudo, hasta tener el espacio suficiente para que solo una persona pase.
Este tipo de construcción estaba pensada para defenderse, con cierta facilidad, de invasores dado que por más que se presentase un batallón de 40.000 personas, podían ingresar de a una a la vez. Hoy en día este ingenioso sistema quedaba obsoleto… ¡éramos los únicos visitantes!
Accediendo al Pueblo Bajo desde el Alto, por uno de los accesos interiores
Caminé lentamente los 60 metros de corredor que te adentra en esa fortaleza de piedra, ese misterioso centro sagrado del que tan poco se sabe. Al llegar a su interior frené mi andar en seco. El silencio allí era sepulcral. Miré a mi alrededor y no podía creer lo que veían mis ojos. Respiré profundo.
Cientos de construcciones circulares realizadas en piedra -muchas de ellas relativamente bien conservadas, aunque a todas les faltaba su característico techo- incrustadas y esparcidas en la enmarañada vegetación en la que resaltaban orquídeas y otras flores coloridas.
Lo que abandonó el humano ahora lo habita la naturaleza, que crece caprichosa y anárquica entre piedras; y tres llamas que, según cuentan, son las encargadas de custodiar este centro sagrado.
Abrazada por el muro exterior, la ciudadela de enormes dimensiones (600m de largo y 110m de ancho) está construida sobre dos elevadas plataformas con altos muros de piedra.
El interior está dividido por una muralla de unos 12m que separa a los sectores del «Pueblo Alto» y «Pueblo Bajo»; aludiendo sin eufemismos a las clases sociales que habitaban cada área.
En ambos sectores hay restos de las antiguas casas circulares que, nos cuenta Hernando, nuestro guía local, poseían muros de 4.5m de alto y techos de paja en forma cónica. Al imaginarlo mi mente recrea la aldea de los Pitufos.
El guía nos dice que, según los arqueólogos, en el «Pueblo Alto» vivían los militares de alto rango y los sacerdotes. Esta área está compuesta por unas 80 construcciones circulares de piedra, siendo las más relevantes El Castillo, compuesto por tres plataformas superpuestas; y una mole de 7 metros de altura conocida como El Torreón desde donde se tiene una magnífica vista 360º del valle, y cree que ha tenido una función defensiva.
Vistas del Torreón desde fuera de la ciudadela amurallada de Kuelap
Vistas desde El Pueblo Alto en Kuelap
En el «Pueblo Bajo» es donde se encuentra la mayor cantidad de edificaciones circulares (unas 350), que se cree que eran todas residenciales, para los civiles de diversa categoría social.
Es en esta área donde a día de hoy se pueden ver algunas casas con frisos con representaciones geométricas, que se especula que podrían haber identificado las casas de personajes representativos de los Chachapoyas.
Detalles geométricos en las viviendas
Viviendas en Kuelap
También se encuentra El Tintero, que es una construcción de 5.5m de alto y un diámetro de 14m en forma de cono invertido, y que presumiblemente habría cumplido una función ceremonial.
A mí lo que más me gustó fue una reconstrucción total de una de las viviendas que nos permitió visualizar mejor cómo eran en aquella época, comprendiendo mejor esa primera idea que nos habíamos hecho de los muros derruidos por el tiempo y por saqueamientos.
El Tintero
El Tintero… de cerca!
En El Tintero se ha encontrado esta cara!
En total se cree que unas 3.000 personas han habitado la ciudadela durante su apogeo y aún se desconocen los motivos por los cuales se ha abandonado esta impresionante fortaleza.
La llama que custodia Kuelap no me quita el ojo de encima
Al final del tour guiado me quedé tan sorprendida, embelesada y seducida por aquel complejo del que casi nadie ha oído hablar, que agradecí ahí mismo, mirando ese cielo que lentamente se despejaba y me dejaba las mejores vistas del valle, a los colegas del camino que me habían aconsejado ese destino.
Aunque aún no conocía Machu Picchu, me pregunté cómo era posible que un sitio así fuera apocado por otra construcción mas moderna, a menos altura y relativamente peor conservada. (Aquí tengo que añadir que, semanas después, cuando fui a Machu Picchu comprendí -en parte- por qué era el destino prioritario de los extranjeros: su ubicación entre la montaña Huayna y Machu, todo el entorno natural en general es absolutamente ÚNICO y mágico; y la energía que desprenden sus piedras te hechizan).
Vistas desde la zona del Pueblo Alto en Kuelap
De momento este yacimiento arqueológico, prueba de la infinita habilidad y talento de los Chachapoya y siendo la mayor construcción en piedra de la América precolombina, estará entre las penumbras y ocupará un lugar secundario para muchos visitantes. Pero atentos viajeros: vaticino que Kuelap será el próximo Machu Picchu de Perú.
Así que si tenéis pensado visitar ese país, no dejéis de visitar la ciudadela fortificada. Me lo agradeceréis en unos cuantos años, cuando se convierta en Machu Picchu 2, con millones de turistas semanales inundando el complejo y sus pequeñas callecitas sean intransitables y las casitas estén todas acordonadas (y la entrada pase de costar 15 soles a 50 dólares americanos).
Es más, cuando yo visité Kuelap había que subir sí o sí a pie, hoy en día (diciembre de 2019) ya hay un teleférico que lleva a los turistas desde Nuevo Tingo hasta casi la entrada a Kuelap (solo tienes que caminar pocos metros desde la estación de la cabina hasta la fortaleza) y las excursiones a Kuelap ya incluyen el teleférico como medio de transporte para llegar hasta allí.
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* Datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú en el periódico Perú21
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10 comentarios
Hola!
Una pregunta, cómo llegaste a Kueap? Tour o por tu cuenta?
Saludos|
Hola, Andrea! Yo fui en un tour, porque me junté con más gente del hostel y me salía a cuentas. Pero conocí a unos chicos que fueron por su cuenta. Si quieres saber cómo llegar a Kuelpa -por libre o en tour- te invito a que veas la Guía de Viaje de Chachapoyas, donde describo todas las formas de acceder a la bella zona de Kuelap. Un saludo
Muy interesante!, siendo yo peruano no conocía de Kuelap.
Me entraron las ganas de ir como sea!
Lástima que el gobierno mas se dedique a asuntos politiqueros que a mejorar sus destinos turísticos, y a mejorar sus accesos..
Ya el telesferico esta terminado,en 2 meses tendras aviones a Chachapollas que mas pides
Cierto, Machupicchu es maravilloso, más no es lo único, también existen otras ruinas menos conocidas y de difícil acceso como Choquequirao el cual se encuentra en el departamento del Cuzco pero para llegar se debe ir por Abancay y luego emprender una caminata de dia y medio previo cruce del rio Apurimac.
Felicidades por el post, me ayuda a conocer un poco más de Kuelap ahora que voy a visitarlo a fin de año :D.
Hola, Raúl! Si, he escuchado que Choquequirao es fascinante! Quería ir pero por una cuestión de tiempos no pude… pero es la excusa perfecta para regresar a Perú!
Disfruta de Kuelap este fin de año! Un saludo!
gracias bpor compartir,mi proximo viaje sera KUELAP
Luis, no te arrepentirás! Un saludo y disfruta del norte de Perú!
Muy interesante, gracias por compartirlo
Muchas gracias, Maite! Un saludo